Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendecillos para hacer una travesura. Uno de ellos dijo: -Debemos quitarles algo a los seres humanos… pero ¿qué? Después de mucho pensar, otro dijo: -¡Ya sé!… Vamos a quitarles la felicidad.
El problema es donde esconderla para que no puedan encontrarla. Propuso el primero: -Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
-No, recuerda que tienen fuerza; alguno podría subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está – replicó otro.
Se escuchó una nueva propuesta: -Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.
Otro de los duendes señaló: -No , no olvides que son curiosos, alguno podría construir un aparato para bajar, y entonces la encontrarán.
-Escondámosla en un planeta bien lejano de la tierra – propuso otro. -No – le dijeron. Recuerda que les dieron inteligencia, y un día alguno construirá una nave para viajar a otros planetas y la descubrirá, y entonces todos tendrán felicidad.
El más astuto y viejo, que había permanecido en silencio escuchando atentamente a cada una de las propuestas, dijo: -Creo saber dónde ponerla para que nunca la encuentren… Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: -¿Dónde? -La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola afuera que nunca la encontrarán…
Todos estuvieron de acuerdo y desde ese entonces ha sido así…
Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendecillos para hacer una travesura. Uno de ellos dijo: -Debemos quitarles algo a los seres humanos… pero ¿qué? Después de mucho pensar, otro dijo: -¡Ya sé!… Vamos a quitarles la felicidad.
El problema es donde esconderla para que no puedan encontrarla. Propuso el primero: -Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
-No, recuerda que tienen fuerza; alguno podría subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está – replicó otro.
Se escuchó una nueva propuesta: -Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.
Otro de los duendes señaló: -No , no olvides que son curiosos, alguno podría construir un aparato para bajar, y entonces la encontrarán.
-Escondámosla en un planeta bien lejano de la tierra – propuso otro. -No – le dijeron. Recuerda que les dieron inteligencia, y un día alguno construirá una nave para viajar a otros planetas y la descubrirá, y entonces todos tendrán felicidad.
El más astuto y viejo, que había permanecido en silencio escuchando atentamente a cada una de las propuestas, dijo: -Creo saber dónde ponerla para que nunca la encuentren… Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: -¿Dónde? -La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola afuera que nunca la encontrarán…
Todos estuvieron de acuerdo y desde ese entonces ha sido así…